

La correcta supervisión de la gestación en cerdas es un pilar fundamental para maximizar la productividad y eficiencia en la porcicultura. Durante este período, es esencial garantizar un equilibrio nutricional adecuado que satisfaga las necesidades maternas y fomente un óptimo desarrollo fetal. La alimentación debe ajustarse a cada etapa de la gestación, proporcionando niveles precisos de proteínas, energía, vitaminas y minerales que favorezcan la salud de la cerda y la viabilidad de los lechones al nacimiento.
El bienestar animal también desempeña un papel clave en la eficiencia reproductiva. Condiciones ambientales adecuadas como una ventilación eficiente, temperaturas controladas y suficiente espacio para el movimiento, contribuyen a reducir el estrés y mejorar la tasa de implantación embrionaria. La reducción de factores estresantes como la manipulación excesiva o la competencia por el alimento, impacta directamente en la longevidad productiva de las hembras.
La supervisión constante del estado de salud es crucial para prevenir y manejar problemas reproductivos. La implementación de programas sanitarios rigurosos, junto con el monitoreo de parámetros como el índice de condición corporal, la ingesta de alimento y la calidad de las camadas previas, permite optimizar la toma de decisiones en la granja.
Un manejo eficiente de la gestación no solo reduce la mortalidad neonatal, sino que también mejora la productividad global del sistema de producción porcina. La integración de estrategias basadas en nutrición, bienestar y monitoreo sanitario resulta clave para alcanzar altos niveles de eficiencia y sostenibilidad en la porcicultura moderna.